lunes, 29 de noviembre de 2010

La llegada de Sanguinius

Se sabe que algunos Primarcas lucharon contra el Emperador la primera vez que le vieron, pero éste no fue el caso con Sanguinius. Inmediatamente reconoció al Emperador, y se arrodilló ante el Señor de la Humanidad. El Emperador hizo levantar a Sanguinius, miró a su pueblo, y vio que eran buenos y nobles. A los mejores guerreros les ofreció formar parte de los Marines Espaciales. El resto fueron honorable mente dejados atrás para defender los derechos de la humanidad sobre Baal Secundus. El Emperador llevó a cabo personalmente la complicada operación de extraer los códigos de material genético de Sanguinius e implantarlos en diez mil guerreros. Así nacieron los Ángeles Sangrientos, uno de los Capítulos de la Primera Fundación. Todos se unieron a la flota del Emperador y navegaron por el Mar de Estrellas para participar en la Gran Cruzada.
Después que el Emperador creara a los Primarcas, los niños fueron robados de la camara donde se encontraban. Las fuerzas del Caos consiguieron llegar hasta los niños y arrojarlos al espacio Disforme. incapaces de destruirles a causa de las poderosas protecciones colocadas por el Emperador, los demoníacos poderes del Caos hicieron lo posible por alterar y modificar el trabajo del Emperador para sus malvados fines. De esta forma, incluso las mejores creaciones del Emperador quedaron corrompidas desde el principio.
El recipiente que contenía al pequeño Sanguinius aterrizó en la superficie de Baal Secundus, en un lugar conocido como Caída del Ángel. El pequeño Primarca fue encontrado por una de las tribus nómadas de humanos que se autodenominaban el Pueblo de los Purasangres. La vida del joven Sanguinius casi terminó en ese instante y en ese lugar, pues la influencia del Caos le había transformado. Unas pequeñas alas, como las de un Ángel, emergían de su espalda. Unos querían matar al niño porque era un mutante, mientras que otros querían cuidar de él, ya que, excepto por esa mutación, era el niño mas perfecto que habían visto jamás. Finalmente, prevaleció el sentido humanitario y decidieron quedarse con el pequeño.
El joven Sanguinius creció rápidamente y aprendió todo lo que sus padres pudieron enseñarle. Después de tres semanas, era tan alto como un niño de tres años y podía caminar. Según algunas leyendas, a esa edad mató a un Escorpión Gigante de Fuego con sus propias manos. Mientras Sanguinius crecía, sus alas crecían también, llegando a convertirse en unas majestuosas alas que le permitían volar por encima del desierto. Cuando cumplió un año de vida, ya parecía y actuaba como un hombre joven. Podía caminar sin traje antiradiación por los desiertos venenosos y podía romper grandes rocas de un sólo golpe con su mano extendida. Pronto superó a todos sus maestros en el manejo de todo tipo de armas.
Cuando una grupo de mutantes nómadas sorprendió a la tribu, Sanguinius les mató a todos, aunque eran mas de un centenar. Era la primera vez que los miembros del Pueblo de los Purasangres le veían realmente enfadado, por que las vidas de sus camaradas estaban en peligro. Cuando la Rabia Negra dominaba a Sanguinius, era terrible observarle. Sus poderes de Primarca se mostraron por completo y un halo de luz rodeó su cabeza.
Sanguinius se distinguió en los decisivos días y años que siguieron. Pronto llegó a ser el líder del Pueblo de los Purasangres y, bajo su mando, hicieron desaparecer la amenaza mutante. Durante cierto tiempo la humanidad disfrutó de cierta tranquilidad en la luna Baal Secundus. Sanguinius era adorado como un dios por sus seguidores. Los habitantes de Baal Secundus creían que si le seguían, podrían crear un nuevo paraíso en su desolada tierra.
Poco tiempo después el destino intervino una vez mas. El Emperador había estado buscando a sus hijos perdidos por toda la galaxia, y sus increíbles poderes Psíquicos le llevaron a Baal. Su astronave aterrizó en el Cónclave de la Sangre y se dirigió directamente hacia el vehículo-hogar de Sanguinius.

No hay comentarios:

Publicar un comentario